La contaminación del suelo consiste en la acumulación de sustancias a unos niveles tales que repercuten negativamente en el comportamiento de los suelos.
Las sustancias, a esos niveles de concentración, se vuelven tóxicas
para los organismos del suelo. Se trata pues de una degradación química
que provoca la pérdida parcial o total de la productividad del suelo.
Se habla de contaminación del suelo cuando a este se introducen
sustancias o elementos de tipo sólido, líquido o gaseoso que ocasionan
que se afecte la biota edáfica, las plantas, la vida animal y la salud
humana.
El suelo generalmente se contamina cuando se rompen tanques de almacenamiento subterráneo, aplicación de pesticidas, filtraciones del alcantarillado y pozos ciegos, o acumulación directa de productos industriales o radioactivos, la cual produce que los suelos se hagan infértiles.
Un suelo se puede degradar al acumularse en él sustancias a unos
niveles tales que repercuten negativamente en el comportamiento de los
suelos.
Los productos químicos más comunes incluyen derivados del petróleo, solventes, pesticidas y otros metales pesados. Este fenómeno está estrechamente relacionado con el grado de industrialización e intensidad del uso de productos químicos.
En lo concerniente a la contaminación de suelos su riesgo es primariamente de salud, de forma directa y al entrar en contacto con fuentes de agua potable.
La delimitación de las zonas contaminadas y la resultante limpieza de
esta son tareas que consumen mucho tiempo y dinero, requiriendo extensas
habilidades de geología, hidrografía, química y modelos a computadora.
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